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Arquiña de Vilaseco (Vimianzo)

El túmulo que esconde un dolmen

Protegida por un enorme túmulo de tierra, que alcanza casi los 40 metros de diámetro, se encuentra la Arquiña de Vilaseco. De este dolmen, que podría ser uno de los más grandes de A Costa da Morte, apenas se puede ver la parte superior de una cámara poligonal, con cuatro losas de piedra, parte del corredor orientado al sureste y una de sus tapas de cubrición. En cualquier caso, el hecho de que el megalito aún se encuentre bajo tierra sugiere una buena conservación, que quizás futuras excavaciones arqueológicas puedan confirmar.

Un elemento interesante es el muro de piedra divisorio de fincas que pasa justo por encima del Arquiña. Esta circunstancia se repite en otros monumentos del territorio como Pedra Cuberta, Chan das Embarradas o Arca do Rabós. Nos hablan de que los túmulos y dólmenes continuaron utilizándose para fines distintos a los funerarios mucho después de la desaparición de las sociedades que los construyeron. Los megalitos no solo fueron fuente de leyendas y mitos para la sociedad tradicional gallega, sino que también se utilizaron para marcar los límites de parroquias, fincas, cotos... Durante la Edad Media existen en Galicia un gran número de documentos como los contratos agrarios, ventas de tierras… que hacen referencia a los monumentos megalíticos como marcos territoriales. Cuando se fijaban los lindes, siempre se utilizaban elementos fijos en el paisaje, como ríos, caminos o montañas, pero también yacimientos arqueológicos como túmulos, dólmenes, castros e incluso petroglifos.


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