Tras dormir la primera noche en A Laracha, fijaremos en esta población el punto de partida de nuestro recorrido. Nos acercaremos hasta Caión para visitar uno de los sitios más mágicos de Galicia, el Santuario de los Milagros de Caión. Eso sí, si quieres ver la Virgen de los Milagros fuera de las fechas en las que se celebra la romería, deberás acudir a la iglesia parroquial de Santa María do Socorro, en el centro del municipio.
Es probable que a estas alturas de la jornada ya se te haya abierto el apetito, así que te animo a probar la gastronomía del lugar en cualquiera de estos establecimientos. Entre la gran variedad de productos gastronómicos locales te aconsejo probar el pan y la empanada, de gran tradición aquí; así como sus afamados pescados y mariscos como el pulpo, los percebes, la sardina o el congrio. Si prefieres comer carne también tendrás opciones, pues podrás saborear unos callos, una fabada o un buen cocido. ¿Te queda sitio para un postre? ¿qué tal unas cerezas? No te pierdas su Fiesta de Interés Turístico en Paiosaco, que se celebra el primer domingo de julio.
Una vez que hemos repuesto nuestras fuerzas, te propongo aprovechar la tarde visitando los dos museos locales, que te acercarán todavía más las esencias de este territorio de A Costa da Morte: el Arquivo de Pesca y el Centro de Interpretación dos muíños de auga da Costa da Morte.
Antes del ocaso, puedes acercarte al Área recreativa de Gabenlle y dar una caminata por el Paseo fluvial del río Anllóns.
Otros datos de interés… el primer y tercer domingo de mes se celebra la Feria de Paiosaco. Me dicen también, que en A Laracha puedes encontrar un menhir que en la cultura popular llaman: a “Pedra do Guicho” y que tiene un marcado folclore sexual.
Para disfrutar la experiencia que ahora te propongo debes dirigirte a los enclaves religiosos de San Pedro de Soandres, San Roque da Pena y Santa Margarida.
La importancia de visitar estos lugares viene dada por ser espacios sagrados con un origen profano, santuarios donde tienen lugar la comunicación entre el mundo interior y el exterior, donde tiene lugar la cósmica conjunción entre tierra y cielo, fuerzas terrenales y fuerzas divinas según recoge el libro Vade retro de Rafael Quintía Pereira.
Desde siempre, los seres humanos han acudido a determinados emplazamientos para pedir protección. Hoy, muchos de ellos son monasterios, como ocurre en San Pedro de Soandres, donde muchas personas han sido enterradas precisamente en esa búsqueda de amparo y protección ante las dificultades y miedos terrenales. Sin duda, es un enclave que te recomiendo visitar.
Si quieres unirte a esta tradición en la que la muerte es símbolo de transformación del dolor, de la lucha, de la guerra, del naufragio… Soandres es el lugar perfecto para rogarle a San Pedro. Puedes hacerlo a través de un canto, de una danza o simplemente en silencio, pidiendo de corazón que te proteja y haciéndole una pequeña ofrenda.
Pero… ¿Por qué todos lo ocultan? Tradicionalmente, las personas acostumbran a guardar en silencio sus peticiones. En los cruceiros podemos encontrar ofrendas realizadas desde el anonimato... Como decimos en Galicia, habelas hailas...
Ya que hablo de cruceiros, quizá sea buena idea continuar nuestra jornada visitando los de San Roque de Pena, en Montemaior, y el de Santa Margarida. Ambos, al igual que las encrucijadas, nos recuerdan la vida caduca y la fragilidad humana. Sirven para liberar lazos emocionales, auxiliar a nuestros difuntos que están en el más allá e incluso proteger los caminos y a las personas que quieren avanzar por ellos.
Te recomiendo visitar estos lugares sagrados, coger agua de sus fuentes, realizar tus peticiones y, sobre todo, escuchar.
Para acompañar el recorrido, te propongo escuchar estas dos piezas de música: Camiño de Caión, de Luar na Lubre y Maneo de Vilaño.
