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DÍA 3. Con Manuel Rivas por A Costa da Morte

Durante esta jornada te llevaré por Vimianzo y Camariñas, en Tierras de Soneira; lugares llenos de leyendas…

Vimianzo puede ser un buen punto de partida para este día. Aquí puedes visitar el Conjunto Etnográfico de Mosquetín y el Río Grande, al que Manuel Rivas alude de esta forma en su obra  Costa da Morte Blues (1995):

O río

"Da outra banda, Señor, vexo este verde

e terras de ben dar

e un regato con vimbios de ouro vello

e un pombal de mensaxeiras

e un anxo que esfolla as espigas do millo

cabo dun hórreo de cen pés.

Sei que nunca cruzarei ese río

que para min murmura o laio dun adeus.

Ficarei nas ruínas do muíño

coa foula branqueando a xanela dos ollos.

Eis esa soberbia que chamarei destino.

Pero eu fun dos teus, Señor.

Quizais aínda gardes recordo daquel outro

que brincaba as roseiras tras o son da campá

e creu ter escrito para ti o poema do pan.

Pai Noso, pois, que estás nos ceos,

en memoria daquel que eu fun,

dille ao río Grande que toque

outra vez ese blues.

Sobre estas tierras ha escrito también Camilo José Cela (1916-2002), concretamente en su novela Madera de boj (1999):

"[…] en la aldea de Aplazadoiro aparecieron una mañana todos los perros muertos, esto fue el aviso porque después empezaron a morir chiquillos hasta que no quedó ni uno, no había tantos, los muertos presentaban un bocado en la garganta, un mordisco limpio y con tres ojales, nadie oyó gritar a nadie, la guardia civil de Vimianzo no averiguó nada porque no pudo hacerlo, Vincent le dijo a Annelie que sospechaba de un náufrago del submarino ruso Igor Yavlinsky que se había convertido en lechuza que andaba merodeando por allí, por artes nefandas la oficialidad se había mudado en lechuzas y la marinería en medusas, Annelie le dijo que era mejor que se callase porque no le iban a hacer ni caso, hay asuntos en que los forasteros no deben ni entrar ni salir […]

-¿Sabe usted dónde para el cocodrilo amaestrado de Ricardiño, el hermano de Leonor? -No, se escondió en una de las tres fuentes de Tufiones y de él no volvió a saberse más nada”. “Ricardiño tenía un cocodrilo amaestrado pero lo perdió en Tufiones, se le metió en una de las fuentes del regato Mouriño y no volvió a salir nunca más, se conoce que estaba a gusto".

Puedes encontrar más poemas y otras referencias sobre Vimianzo en la obra de Manuel Rivas y también de otros autores como Eduardo Pondal, siguiendo el enlace.

En Camariñas nos dirigiremos al Cementerio de los Ingleses y al Cabo Vilán; allí se encuentra el Centro de Interpretación de los Naufragios, Faros y Señales Marítimas. Ambos lugares nos hablan de la parte más dura del mar: los siniestros de embarcaciones. En palabras de Manuel Rivas:

"Entre Cabo Vilano e tosto,

Entre Arou e Camariñas.

Hai chuvias das sete cores

E mirei ao lume do mar cravarse nos ollos do raposo".

Otro autor que habla de Camariñas es Ramón Otero Pedrayo en su obra Galicia, una cultura de Occidente, León, 1975:

"...la villa muy marinera... la blanca Camariñas. No falta quien, alabando la levedad, delicadeza y dibujo de los encajes tejidos por las mujeres de Camariñas, sostiene que imitan la calidad de las espumas". 

Y también Castelao en Alba de Groria: Revista do Centro Galego de Buenos Aires, nº 427, agosto de 1948.

“... cabos da costa brava da Coruña, onde o mar tece encaixes de Camariñas"   

  • Puedes encontrar más poemas y otras referencias literarias sobre Camariñas siguiendo el enlace.
  • Si quieres disfrutar de más tiempo en Vimianzo y Camariñas, o buscar lugares para comer y dormir, consulta el apartado en el que te guío por Costa da Morte con la ruta "Ruta do Sol con Luces & Sombras”.